Saturday, April 17, 2010

De nuestra relación con la mamá de Gabriel / Of our Relationship with Gabe's Birthmom (SP)

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Antes de empezar, quiero aclarar que esto no está dirigido a nadie en particular. Es simplemente que muchas personas nos han hecho preguntas y comentarios acerca de nuestra relación con la mamá de Gabriel, y esta es mi manera de explicar cómo funciona esta relación. Me imagino que deben haber muchos de nuestros amigos y familiares que se preguntan también acerca de esto pero no se animan a decirnos. Espero que esto les ayude a entender o al menos a aceptar nuestra desición. Gracias.

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Cuando les contamos a nuestros familiares y amigos acerca de nuestra relación con la mama de Gabriel (llamémosla "Amelia"), las reacciones son bastante constantes. El comentario típico es "¿Ustedes dejan que Amelia lo vea a Gabriel seguido?" con un gesto bastante sorprendido. La reacción es normal, y es de esperarse. Después de todo, cuando nosotros pensamos por primera vez en adoptar, yo pensé que mi bebe no tendría ninguna relación con su mamá, y que nosotros seríamos todo lo que el conocería en cuanto a padres. Mis miedos tenían que ver más que nada con inseguridad, en pensar que tal vez mi hijo o hija iba a querer un día irse a vivir con su mama o que la mama terminara acechando nuestra casa en medio de la noche para robar a su bebé. O al menos me imagino que esos deben haber sido mis miedos, porque mi opinión es tan radicalmente diferente de lo que era en ese entonces, que ya ni me acuerdo bien lo que pensaba.

Cuando nos contactamos con la agencia de adopción de la iglesia, fuimos invitados a una conferencia donde iban a hablar padres adoptivos, madres de chicos que fueron adoptados, y adultos que fueron adoptados cuando eran bebés o niños pequeños. El resultado fue que se me abrieron los ojos en lo que respecta a la relación de un niño adoptado con su madre natural. En todos los casos, desde todas las perspectivas posibles, una relación natural entre niños y madres crea una situación más saludable no solo para la madre, sino para el niño. Todas las personas que hablaron que fueron adoptados explicaron que ellos tienen un lugar muy especial en su corazón para sus madres naturales, pero que para ellos, sus verdaderos padres son sus padres adoptivos.

Todas las experiencias que escuchamos, los estudios que leímos, los videos que vimos, etc. nos probaron que las adopciones "abiertas", como se llaman, son mejores en todo sentido.

Todas estas razones nos llevaron a decidirnos por una adopción abierta.

Uno de nuestros blogs favoritos está escrito por una mujer que es muy activa en los círculos adoptivos. Ella siempre habla en todas las conferencias de adopción de las que hemos escuchado, y está sumamente informada en el tema. Ella adopto a dos niños y tiene una relación muy amistosa con las madres naturales de sus hijos, lo cual ha sido una experiencia muy positiva para ella, sus hijos, y las madres de sus hijos.

Cuando conocimos a "Amelia", ella nos conto que la razón por la que quería dar a su hijo por adopción era que, a pesar de que ella, su mamá, y sus hermanas podrían fácilmente criar a Gabriel, ella quería que él tuviera todo lo que la vida le pudiera ofrecer, no solamente una buena educación y un buen hogar, sino también una familia completa, incluyendo un padre. Además, ella nos dijo que prefería que su hijo fuera a una familia que no tuviera hijos, para que esa familia tuviera la oportunidad que otros tienen. Eso en sí, para mí, fue la respuesta a todas mis oraciones.

Amelia también nos dijo que, si fuera posible, le gustaría poder ver a Gabriel al menos una vez al año, y que de tanto en tanto le mandáramos fotos. Después de todo eso es lo mínimo que se puede pedir de una adopción abierta. Megan y yo pensamos que ese requisito no era razonable, y le dijimos que ella podría ver a Gabriel tantas veces como quisiera. Después de todo, el sacrificio que ella hizo por su hijo, e indirectamente por nosotros, la paso a convertir inmediatamente en nuestro ángel en la tierra. Otra cosa que hay que tener muy en claro es que ella no hizo esto por su propio beneficio, sino por el beneficio de Gabriel. No me imagino que algo pueda ser más duro que el sacrificio de una madre al dar su hijo para que pueda tener una vida mejor. Después de todo, como la amiga de Amelia dijo, “Ella no lo dio; sino que le dio más.”

Desde entonces, Amelia sólo nos llama una vez cada 4 o 6 semanas preguntando si sería posible ver a Gabriel. Nosotros somos los que la llamamos más seguido, o los que la vamos a visitar. Ella nunca impuso su voluntad de ver a su hijo, nunca vino a nuestra casa sin llamar primero, nunca nos pidió nada, ni si quiera durante el proceso de adopción, cuando ella tenía el derecho de pedir hasta tres mil dólares en efectivo para gastos personales, según los términos de la agencia de adopción. Sinceramente, Megan y yo no podríamos haber pedido por una mejor madre en este asunto, y ni hablar de la familia de Amelia, quienes la apoyaron y asistieron durante todo el proceso. La mañana después que Amelia dio a luz, yo le conté a su mamá mis preocupaciones con respecto a el trámite de adopción, especialmente mi miedo de que Amelia fuera a cambiar de opinión a último momento, como ya nos había pasado antés con otra posible adopción un año atrás, y ella fue la que nos aseguro que todo iba a salir bien, que nadie iba a cambiar de opinión, y la única que estuvo de nuestro lado cuando nadie más estuvo a nuestro alrededor para ayudarnos, ni siquiera la trabajadora social de la agencia. Cuando se trata de la mamá de Amelia, yo siento que le voy a estar en deuda por siempre.

Gabriel va a saber desde siempre que Amelia es su mama, pero que él es nuestro hijo, y que nunca le va a faltar el amor y la seguridad que se merece y que necesita. Yo sé que antes las cosas se hacían de una manera diferente, y que era una tema tabú saber que alguien era adoptado; pero las cosas han cambiado mucho desde entonces. Un muchachito que conozco que es adoptado, al igual que sus cuatro hermanos y hermanas (y que habla de una manera muy abierta y madura del tema), me mostró una sonrisa de oreja a oreja cuando le dije que había adoptado un bebé, y me dijo, con sincero entusiasmo "¡Estoy tan contento por usted que no le puedo ni explicar!"

Después de todo, ¿qué sería mejor para Gabriel, saber cómo su familia está compuesta desde el principio, o enterarse un día cuando es un adolescente que esa amiga que venía a visitar de vez en cuando es en realidad su mamá, y que le estuvimos mintiendo toda su vida acerca de su relación con nosotros?

Repito, yo entiendo y aprecio las preocupaciones que muchos tienen cuando se trata de nuestra relación con Amelia, pero ella es nuestra amiga, nosotros la queremos y vamos a estar en deuda con ella por el resto de nuestras vidas, porque ella nos dio una oportunidad que ni la naturaleza nos dio, y ella va a tener el derecho de ver a Gabriel tantas veces como quiera, mientras nosotros pensemos que sea apropiado, y, hasta ahora, su actitud y su comportamiento han sido más que apropiados y respetuosos de nuestra situación como los padres legales de Gabriel.

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